Acerca de

Me llamo Victoria Guzmán. Soy abogada, investigadora, socióloga cultural, amante de los museos, los libros, el arte, la danza, el teatro. Desde que tengo recuerdo, la belleza es algo que me ha cautivado profundamente. Muchas veces no es más que una intuición, percepciones sueltas, que vienen de una vocación profundamente gozadora.

Luego de estudiar derecho completé el Diplomado en Estética y Filosofía que imparte la Facultad de Estética de la PUC; y luego tuve la suerte de poder vivir en Londres y estudiar un Master of Arts Industrias Culturales y Creativas. En esas aulas pude pulir mejor esas ideas, entenderlas con mayor profundidad, y situarlas en un contexto más amplio – histórico, artístico, filosófico y sociológico.

Al volver a Chile me di cuenta de cuánto nos falta crítica cultural. Crítica reflexiva, contextualizada, local. Sin una actitud crítica no hay crecimiento, no hay cambios, no hay transformaciones. Decir que todo es bueno, algo muy común en revistas y diarios del país cuando hablan de arte y cultura, es lo mismo que decir que todo es malo. Y genera confusión al momento de elegir una obra de teatro a la cual ir, una danza, una performance, una exposición de arte. ¿A cuál voy? ¿Cuál tiene más que ver con mis intereses? ¿Cuál podría sorprenderme?

Muchas veces ir a un museo o a una obra de artes visuales genera algo de ansiedad para quienes no son entendidos en el tema. Sentir la falta de herramientas, no saber cómo actuar o qué mirar – esa falta de códigos culturales que nos deja vulnerables. A esto no contribuyen textos curatoriales que muchas veces son confusos, llenos de conceptos complejos y rimbombantes.

Aquí se perfila entonces por qué del Gocerío. Y el qué también: crítica de arte clara, profunda pero entendible; que describa cuidadosamente qué se vio, qué podría significar, y su conexión con el mundo que nos rodea. ¿Vale la pena ir? ¿Por qué sí? ¿Por qué no? ¿Por qué tal vez? ¿Hay ciertas personas a las que les pueda interesar más que otras? Lo más importante: es sólo una opinión. Lo mejor del arte, de la experiencia sensible, es que es única para cada persona. Lo que quiero es invitar a los que lean estos textos a gozar, a atreverse, a opinar, a entrar a los museos, las galerías, a mirar las esculturas en las plazas y las calles, los murales en el metro y las paredes del barrio. Si la mejor obra del mundo para Sotheby’s o Christie’s no nos dice nada, no vale la pena seguir ahí; sí vale la pena seguir buscando, encontrando tesoros, desechando lo que no nos sirve o no nos habla.

Espero que este blog genere un espacio de discusión en que todos y todas podamos opinar, que podamos estar en desacuerdo, o quizás a veces muy de acuerdo. Que sirva de guía para el próximo panorama de domingo o de jueves en la tarde. Y para terminar con una frase hermosa sobre el valor del texto respecto de una obra, de la maravillosa Susan Sontag: “El objetivo de todo comentario sobre arte es hacer que las obras de arte -y, por analogía, nuestra propia experiencia – más real para nosotros, no menos.”

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